El avance en el desarrollo de alternativas de anticoncepción masculinas es uno de los asuntos en los que aún falta por avanzar en control de la natalidad. “Creo que falta mucha conciencia respecto a estos temas, porque sigue siendo, en gran parte, un tema tabú”, plantea la socióloga Anja Knobloch, de APROFA.
El inicio de la comercialización masiva de la píldora anticonceptiva, en agosto de 1960, fue también el comienzo de un cambio fundamental en la planificación familiar y en cómo la mujer vive su sexualidad. A 60 años de este hito, la Asociación Chilena de Protección de la Familia, APROFA, invitó a Anja Knobloch, socióloga y coordinadora de diseño y ejecución de proyectos de la institución, a reflexionar sobre este revolucionario avance.
“Cuando hablamos de sexo seguro debemos recordar que esto no solo se relaciona con la reproducción, sino también con la protección frente a posibles infecciones de transmisión sexual. Es muy importante que veamos el sexo como algo natural, mucho más allá de su función reproductiva, para que comencemos a incorporar los otros cuidados que deben existir al momento de mantener relaciones sexuales con otra persona, como lo es el uso del condón. Pero también es importante no dejar de lado el placer, el consentimiento, y el respeto que deben darse en cualquier relación sexual. Creo que falta mucha conciencia todavía respecto a estos temas, porque sigue siendo, en gran parte, un tema tabú”, plantea la profesional.
En ese sentido, Knobloch piensa que el surgimiento de la pastilla anticonceptiva, que de paso permitió a la mujer incorporarse más libremente a otros ámbitos de la sociedad, como los estudios o el trabajo, abrió la puerta para la investigación y desarrollo de otros métodos de control de la natalidad. “Hoy ya no es solo la pastilla oral, sino que existen diversos métodos que varían según a si tienen o no hormonas, el tipo y cantidad de hormonas que contienen, sus distintas maneras de uso o su duración, entre otros puntos. Todo esto permite a la mujer (o persona gestante) poder decidir por el que le acomode más, según sus necesidades específicas”, sostiene.
Para la socióloga, sin embargo, aún queda mucho por avanzar en este tema, sobre todo en el acceso a información sobre anticoncepción y, además, en que las propias mujeres tomen conciencia de la importancia de la planificación y de aprender a conocer sus cuerpos. Aunque, por sobre todo, falta progresar en el desarrollo y masificación de anticonceptivos masculinos. “No debemos olvidar que la reproducción y la planificación familiar no es un tema exclusivo de las mujeres, o cuerpos gestantes, es un asunto que les incumbe a todos y todas por igual. Aun así, no debemos olvidar que el aborto, la esterilización femenina y la vasectomía, también forman parte de la planificación familiar y debemos luchar por que se garantice el acceso a ellos”, agrega.